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3 oct 2011

RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA Y LA RSE

CONSIDERACIONES PREVIAS
A LA IMPLEMENTACION DEL PROCESO DE
RESPONSABILIDAD SOCIAL EN NUESTRAS INSTITUCIONES.
Gustavo Báez Tr.


La responsabilidad social empresarial (RSE) es un concepto enmarcado en distintas perspectivas: sociales, morales, éticas, religiosas, ambientales, y sin embargo es planteado por muchos especialistas como  un  proceso voluntario. Pero definitivamente cada día se hace más  necesario e indispensable en  el proceso de la construcción permanente de valor de la empresa en su deseo de ser más competitivos y debido a la necesidad de conciliar el crecimiento, el desarrollo empresarial con sus efectos económicos, ambientales y sociales.

La RSE es un proceso de gestión que ayuda a ser más competitivas y más sostenibles las empresas de hoy, buscará en su implementación dar bases sólidas  en   el desarrollo de la planeación estratégica de la compañías. De ahí su relación con los demás sistemas Integrados de Gestión: gestión de la calidad total, gestión medio ambiental, gestión de la prevención y gestión del riesgo. Transformándose en el mejor camino para permanecer en la mente y en los corazones de los consumidores en ésta y en las próximas décadas.

Los objetivos empresariales deben ser compatibles con el desarrollo sostenible del medio en el que la empresa actúa.  Para lograr así gestionar y solucionar las contradicciones entre la lógica de mercado y la lógica de la ética. La responsabilidad social empresarial mira al futuro y va más allá de ver a las empresas cumplir una función únicamente económica, está orientada a complementarse también con otras dimensiones como los aspectos sociales  y  la esfera de lo ambiental que cada día se hace más compleja.

La responsabilidad social se ha identificado como un factor importante y necesario del progreso democrático y del desarrollo social y económico.  Martínez R.  Decía hace ya más de 14 años, que “el Estado se ve cada vez más inhabilitado para satisfacer necesidades colectivas, las instituciones no muestran una capacidad de respuesta suficiente para adecuarse al nuevo escenario y las estructuras de representación confrontan desafíos cuya complejidad las supera, poniendo en evidencia en muchos casos su rigidez”[1]

Partiendo de este paradigma la  Responsabilidad  Social  Universitaria (RSU) aparece en las instituciones educativas  como una evolución a lo que otrora eran las acciones obligatorias, medidas y planificadas para el cumplimiento de las legislaciones estatales que exigían a la instituciones educativas llevar programas de extensión a la comunidad.  Por ello Guerra Sotill, decía de manera muy acertada: “Existe el riesgo de banalizar lo social y convertirlo en mera etiqueta limpiadora de conciencias, simple disfraz de una motivación básica y primariamente económica. En todo caso, lo social se incorpora, cada vez con más fuerza, como dimensión que complementa a lo económico financiero, como criterio de gestión y evaluación de resultados, en un equilibrio difícil y esquivo, pero necesario”[2].

La RSU surge actualmente como la exigencia de la Instituciones educativas de desarrollar  su verdadera función como entes educadores, transformadores de nuestra realidad social y gestores del conocimiento; cuyo objetivo principal da inicio en la búsqueda  del cambio de mentalidad y los hábitos de sus estudiantes, haciendo que la universidad y sus estudiantes sirvan como modelo de ética, de valores democráticos y de desarrollo sostenible para el resto de la sociedad. Dando un aporte real a la construcción de un país que trata de desarrollarse en medio de tanta problemática social, discriminación, diferencias sociales, pérdida de valores, entre otras grandes enfermedades. 

De la Vega afirmó de manera  contundente: "La universidad, como organización, es un escenario privilegiado para la potenciación de recursos humanos y sociales y para la promoción de profesionales socialmente responsables en un mundo con nuevas necesidades. Por tanto, desde una gestión responsable, se ha de implicar en una formación que responda a dichas necesidades, a través de la docencia, la investigación, la vinculación al medio y la gestión universitaria." [3]

La RSU debe verse desde las diferentes perspectivas que cubre, convirtiéndose entonces en uno de los objetivos primordiales de toda institución de educación superior,  una guía en la concepción de su  direccionamiento corporativo, en su filosofía institucional, en sus ejecuciones futuras, en su estructura académica, hasta llegar a afectar directamente los contenidos de los espacios académicos de sus estudiantes.

La RSU se constituye como una estrategia de éxito en la búsqueda del desarrollo y su fortalecimiento como institución. Facilitándole adaptarse a las exigencias del mercado laboral, favoreciendo la gestión interna de la universidad, mostrando una  organización democrática, equitativa, transparente (política y económicamente), logrando hacer de ésta un modelo de desarrollo sostenible. Mejorando su imagen y la identificación del alumnado como parte de esta estructura y organización.

La RSU debe convertirse en sus acciones y proyectos en un medio táctico para llegar  como el más dedicado de los apostolados,  a trabajar por la recuperación de los valores, la ética, la honestidad,  la democracia, la protección a los derechos humanos, la disminución de la discriminación por diversas causas, luchando contra la corrupción y convirtiendo a jóvenes estudiantes en  verdaderos agentes de cambio y de desarrollo para la sociedad.

Las universidades han comprobado infinidad de veces su influencia definitiva en los cambios de mentalidad de sus alumnos al ver su transformación en profesionales y ciudadanos de bien dispuestos a generar cambios a su alrededor desde el mismo momento de su formación dentro de sus aulas. Concepto que desplaza aquellas concepciones que lo que llevan de su anterior formación, tanto en sus hogares como en los anteriores niveles de educación han sido determinantes en su personalidad.

El BID en sus cursos desarrollados de RSU expone que la  responsabilidad  social  de  las  universidades  es  definida  como “una política de calidad ética del desempeño de la comunidad universitaria (estudiantes, docentes  y  personal  administrativo)  a  través  de  la  gestión  responsable  de  los  impactos educativos, cognitivos, laborales y ambientales que la universidad genera, en un diálogo participativo con la sociedad para promover un desarrollo sostenible” .

Hasta acá estas palabras no pretenden más que dar una  introducción  a la esencia y filosofía que debe guiar al estudio, desarrollo y formalización del modelo y sistema interno que llevará a la Institución a convertirse en una organización más competitiva y socialmente responsable. Propuesta que deberá ajustarse a los recursos, expectativas de las directivas y la visión que estas tienen para llegar a posicionarse como la mejor institución de carácter tecnológico y proyectándose al sueño de ser una gran universidad.

Es necesario tener como punto de partida lo sugerido por tres de los más conocedores acerca de la Responsabilidad social universitaria (Argumentado en su "Manual de primeros pasos en responsabilizacion social  universitaria" de François Vallaeys, Cristina de la Cruz y Pedro M. Sasia.) Donde con plena autoridad plantean que la RSU... "no admite parcialidad ni segmentaciones: no se pueden desarrollar actuaciones en un ámbito y dejar otros ocultos a la mirada ética. Por  lo tanto, no se trata sólo de crear una nueva oficina de RSU o de mejorar el área de extensión y la proyección social solidaria de la universidad sin tocar a los demás procesos de la institución. La responsabilidad social debe lograr colorear y capilarizar a toda la universidad. Uno de sus valores más importantes es precisamente la coherencia institucional, que significa a la vez coincidencia entre la acción y el discurso institucional y consistencia entre todas las áreas de la universidad (que no haya contradicción entre lo que hace un área y lo que hace otra).

El nuevo proceso de responsabilidad social universitaria inicia al pensar que debe revisarse la estructura orgánica institucional, su direccionamiento estratégico, afectando y permeando en su implementación a cada espacio administrativo y académico de la Institución.  Convirtiéndose  en un proceso de gestión, de evaluación y ayuda permanente de las acciones de cada área de trabajo. Afectando los cuatro ámbitos de la universidad: El ámbito organizacional, el ámbito educativo, el ámbito del conocimiento y el ámbito social.

Debe guiase y apoyarse a través de las normas y sistemas de gestión, de las guías, manuales y estudios del tema existentes. Debe contar con la asesoría y colaboración de las redes de responsabilidad social existentes en Iberoamérica y crear mecanismos de colaboración interinstitucional con aquellas que tienen intensiones similares, hasta llegar a una propuesta que integre todos los sistemas, permitiendo reflejarse en un nivel más avanzado a la par de las universidades que se proyectan a la segunda década del presente siglo.

El inicio a la RSU lo da el manual de Vallaeys donde expone en su parte práctica un proceso basado en cuatro pasos: El paso inicial y básico el compromiso, seguido del autodiagnóstico, el tercer paso: el cumplimiento y cuarto paso: la rendición de cuentas. En este camino inicial al trabajo de la responsabilidad social universitaria, parte de considerar los impactos que la Institución causa en su entorno. Estos son: Impactos organizacionales. Como cualquier organización laboral, impacta en la vida de su personal. La universidad debe llevar a cabo el seguimiento de su huella social y ambiental. -Impactos educativos. La universidad influye en la formación de los jóvenes y profesionales, su escala de valores, su manera de interpretar el mundo y de comportarse en él.   Impactos cognitivos. La universidad orienta la producción del conocimiento, influye en lo que se llama socialmente verdad, ciencia, racionalidad, legitimidad, utilidad,  enseñanza, etc. Y por último los Impactos sociales. La universidad tiene un peso social al hacer accesible el conocimiento a todos.

La identificación de estos impactos nos sirven para definir inicialmente los cuatro ejes de responsabilidad social en la universidad. Un punto de partida que sólo será determinante al final de los estudios y fases preliminares a llevarse a cabo en esta cruzada. Estos ejes son:

1. Campus responsable: implica la primera instancia la gestión socialmente responsable de la organización y sus procedimientos institucionales. Clima laboral, manejo de los recursos humanos, procesos democráticos internos, el cuidado del medio ambiente interno, entre otros.

2. Formación profesional y ciudadana: hace referencia a la gestión socialmente responsable de la formación académica (Temática, organización curricular, metodología y propuesta didáctica).

3. Gestión social del conocimiento: aplica a la gestión socialmente responsable de la producción y difusión del saber, la investigación y los modelos epistemológicos promovidos desde el aula.

4. Participación social: es la gestión socialmente responsable de la participación de la universidad en la comunidad. El objetivo apunta a la realización de proyectos y macroproyectos conjuntos con otros actores de tal modo que se constituyan vínculos (capital o social) para el aprendizaje mutuo y el desarrollo social. Convenios, conformación fe redes, colaboración interinstitucional, etc.

La UNESCO (1998) plantea, en la Declaración Mundial sobre la Educación Superior para el siglo XXI, en unos de los puntos relacionados con la responsabilidad social universitaria (artículo 6 de la declaración, letra b: "La  educación superior  debe reforzar  su  servicio a la sociedad y  en  especial  sus  actividades  para  eliminar  la  pobreza,  la  intolerancia,  la  violencia,  el analfabetismo, el hambre, la degradación ambiental y la enfermedad, utilizando principalmente enfoques transdisciplinarios e interdisciplinarios en el análisis de los temas y los problemas.

La Declaración de Talloires, elaborada en 2005 por las 27 universidades firmantes de diversos continentes y países, recoge con claridad la forma de entender la responsabilidad social en una serie de compromisos, de los que se pueden  destacar: Expandir programas  de  compromiso  cívico  y  responsabilidad  social  fundamentados en principios éticos y a través de la enseñanza, la investigación y el servicio público, Asumir la responsabilidad pública mediante el ejemplo personal y las políticas y mejores prácticas de nuestras instituciones de educación superior, Construir un marco institucional para motivar, premiar y reconocer las buenas prácticas en el servicio social realizado por estudiantes, docentes, personal administrativo y en las comunidades aliadas a programas de compromiso social de nuestras universidades, Asegurar que los parámetros de excelencia, el debate crítico, la investigación y el juicio crítico sean  aplicados  al  compromiso  comunitario,  con  la  misma  rigurosidad  que  se tiene en otras formas de la actividad universitaria. Elevar  el  interés  en  las  agencias  gubernamentales,  las  empresas,  las  organizaciones comunitarias y los organismos internacionales en relación a la contribución de la educación superior al avance social y el bienestar colectivo. Entre otros.

Estas últimas referencias no sólo deben ser una guía de trabajo, deben ser inspiradoras en la labor a emprender, desde el momento en que las directivas toman el compromiso de iniciar la gestación de un sistema integrado de gestión cimentado en el necesario proceso de la responsabilidad social universitaria. Un árduo y permanente proceso que sólo puede dar resultados desde la misma adopción de la filosofía antes expuesta, la tutela de las directivas, la colaboración activa de los decanos, la coordinación de las diferentes áreas operativas de la institución, un dedicado equipo interdisciplinario y el apoyo del área de investigación como soporte permanente del proceso.




[1] MARTÍNEZ, R. (1995), Redes sociales. Más allá del individualismo y del comunitarismo, en Dabas, E., y Najama-novich D. (comp), Redes. El lenguaje de los vínculos: Hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la sociedad civil, Buenos Aires: Paidós, 338.
[2] GUERRASOTILLO A. (2005), Sobre responsabilidad social empresarial, en <www.analitica.com/va/sociedad/artí-culo/5900497.asp>, tomado el 17 de agosto de 2009.
[3] NATIVIDAD DE LA RED VEGA. "Necesidades emergentes y responsabilidad social universitaria".REVISTA  ALTERNATIVAS.  CUADERNOS  DE  TRABAJO  SOCIAL,  Nº  16-2009,  [65-76],  ISSN:  1133-0473  ©  UNIVERSIDAD  DE  ALICANTE.